jueves

Nada podía prepararlo para lo que venía.

- Hola, ¿está Mabel?

Una provocación. Una señal.
Brotando como gárgaras de odio, frases que se amontonan; posibles frases, posibles respuestas.
Contuvo la risa, la pena, la vergüenza.
Mantuvo la calma.
Hasta que se decidió, sin levantar sospechas.

-No, equivocado.

Como si lo hubiese lamido el mismísimo placer.

-¡Ah!, perdón.

Esa voz. El sonido del tubo al colgar hizo eco en sus oídos, burlándose.
Y volvió a la cotidianeidad, con la horrible sensación de que se había perdido de algo.

1 comentario:

Cielo dijo...

Wow, algo tan normal como que te llame alguien equivocado pero con adjetivos algo oscuros. Me gustó