Cuelga su veneno en el mostrador, relaja el rifle.
Atraviesa el derruido escenario con paso firme, aunque cauteloso.
Escucha con cuidado: no puede detectarme.
Los retazos de sol que logran colarse por entre las ventanas rotas no alcanzan a iluminar el tétrico lugar; más bien acentúan la penumbra, crean más sombras, multiplican los reflejos.
Un chillido, una rata.
Su mirada se posa en un pequeño banco que aún no ha sido derribado por el tiempo. Vacila.
La fatiga lo vence; mis músculos se tensan.
La oportunidad.
Un grito, un relámpago de sangre. Abro los ojos.
Ahora tengo un rifle entre mis manos; me siento cansado, muy cansado.
Hay un pequeño banco más allá. Vacilo.
Lo último que oigo es el clic del gatillo al accionar.
miércoles
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3 comentarios:
Temía que, al terminar de leer tu escrito, vea que estaba etiquetado en "situaciones"
Algo totalmente fuera de contexto: me es imposible entrar a tu blog y no comenzar a cantar "corazóoon corazóoon pantriste corazóon" :S
(por el nombre de tu blog, se entiende, ¿no? XD no pienses que te estoy queriendo decir emo o algo así)
Que bueno que quedo =) Eso del sol colandose por la ventana es TAN cierto ^^
n_n
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